Bienvenidos al curso de inicación a la acuariofilia.
En los diferentes capítulos del curso trataremos de reflejar los conceptos básicos para iniciarse en la afición con total garantía.
Eligiendo el acuario y su futura ubicación
La Acuariofilia es mucho más que un pasatiempo... es un arte y sin duda una forma de vivir y entender la vida distinta a todas las demás. El aficionado se compromete desde el momento de adquirir su primer acuario a darles las mejores condiciones de vida posibles, dentro de sus posibilidades, a los animales que allí tiene pensado alojar. El éxito depende, sin duda, de la experiencia y el fracaso de muchísimas cosas. Sin embargo este fracaso se puede mitigar en gran medida teniendo una actitud responsable, estando documentado y alerta a las necesidades de nuestros peces.
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La acuariofilia es una ciencia y como tal hay que seguir y estudiar unas pasos para dominarla y lograr el principal objetivo: que el tanque luzca lo más bonito posible y que nuestros peces vivan sanos también el mayor tiempo posible.
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Resulta más beneficioso, en todos los sentidos, decidirse en el primer momento por un tanque de mayor tamaño. Es corriente que el aficionado novel pretenda no correr riesgos adquiriendo uno de menor tamaño donde realizar sus primeras hazañas, pero esto es un error. Un acuario grande asimila mejor y corrige los errores del aficionado y además ya será lo suficientemente grande a la hora de ampliarlo con lo que nos ahorraremos tener que comprar dos tanques y dos muebles.
Vamos a olvidarnos desde el principio de los acuarios que no sean de forma rectangular, anchos y profundidad relativa. El motivo está en que los acuarios rectangulares intercambian mayor cantidad de gases al tener una mayor superficie en contacto con el aire (expulsión de dióxido de carbono y absorción de oxígeno) y nos permitirán acomodar a una cantidad mayor de peces.
Es importante, dejando de lado en ésta introducción las necesidades particulares de cada especie, que tengamos en cuenta que los peces por lo menos doblarán el tamaño al llegar a adulto. Por ello es conveniente seguir la regla de no poblar en exceso el acuario ya que ello sólo nos acarreará problemas. El tamaño mínimo, dependiendo siempre de las especies a introducir, se puede fijar en 60 cm de longitud y 30 cm de ancho y profundidad.
Los vidrios deberán ser totalmente trasparentes sin distorsionar la imagen y con el grosor suficiente para soportar la presión del agua que contienen.
En el mercado existe una amplía gama de acuarios estándar que se ajustarán a cualquier necesidad de tamaño, siendo importante a la hora de su compra comparar precios en todos los puntos de venta posibles hasta encontrar la mejor oferta. |

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Seguro que nos sorprendemos de las diferencias entre unos comercios y otros aún con el mismo modelo.
De cualquier modo, antes de la compra debemos tener claro el lugar de la casa donde vamos a colocar el tanque. Hay que pensar que una vez instalado y lleno de agua ya no se podrá mover.
Para la optima colocación del acuario debemos huir de los sitios inadecuados, como son por ejemplo localizaciones cercanas a las ventanas debido a que en verano tendremos demasiada luz y una casi asegurada invasión de algas.
En época de frío, sin embargo, nos será difícil conservar el calor del tanque. También es aconsejable no ubicarlo cerca de puertas o lugares con corrientes de aire.
El acuario debe ser accesible en todo momento para poder cuidar con regularidad de su mantenimiento y de la alimentación de nuestros animales. Por comodidad, deberá de estar instalado cerca de un enchufe (necesario para dar corriente a los equipos eléctricos) y si fuese posible cerca de un grifo. Los cambios parciales de agua son algo corriente en acuariofilia, para ello debemos tener la suficiente comodidad de espacio para realizarlos sin problemas.
Como última recomendación, para la correcta instalación del acuario, debemos de preocuparnos en colocar bajo el mismo un plafón de poliuretano o similar al objeto de que sirva de cojín y nivele las irregularidades de la superficie. De lo contrario, se puede provocar una tensión excesiva en alguno de los lados del tanque y forzar la ruptura del mismo. (los acuarios adquiridos en comercios del ramo suelen venir todos con un soporte plástico que nos servirá perfectamente).
Una vez colocado en su ubicación definitiva debemos probar las juntas del mismo llenándolo de agua. Así evitamos el riesgo de tener perdidas. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de cantidades de agua importantes.
El agua, composición química y particularidades
Aunque los inquilinos acaparan casi todo el protagonismo en el acuario, no hay que olvidarse de otro elemento de vital importancia como es el agua. Conocer la influencia de sus componentes químicos y particularidades sobre el bienestar de nuestros animales y plantas, resulta de necesidad para tener éxito en ésta nuestra afición.
De entre los distintos componentes que conforman el agua, nosotros prestaremos atención a los que verdaderamente nos interesan. Primeramente y en especial al Amoniaco, los Nitritos, Nitratos, Conductividad, Dureza y pH. Y en segundo y no por ello carente de importancia, del Oxígeno, el Anhídrido Carbónico, el Cloro, el Hierro y el Cobre.
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Para comprender la importancia del Amoniaco en el acuario, debemos comenzar hablando del Nitrógeno y de su ciclo denominado Nitrificación. El Nitrógeno es uno de los elementos esenciales de la vida en el acuario, debido a que es absorbido como nutriente por las plantas en alguna de sus diferentes combinaciones químicas.
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El Nitrógeno se crea a partir de las deposiciones de los animales y de los restos de comida, plantas y cadáveres en descomposición. Este Nitrógeno orgánico se descompone por la acción de bacterias y hongos, siempre en presencia del oxígeno, y da lugar a diversos compuestos con distintos grados de toxicidad.
Dichos compuestos, detectables por vía analítica, se pueden enumerar de la siguiente manera: Amoniaco tóxico y no tóxico (cuya morfología dependerá del grado de pH), los Nitritos que son tóxicos en pequeñas concentraciones para la mayoría de los peces y los Nitratos que es el compuesto resultante en aquellos ciclos del Nitrógeno efectuados de forma correcta.
El ciclo del Nitrógeno: Los primeros compuestos en aparecer durante el ciclo del Nitrógeno son el Amoniaco tóxico y el no tóxico o Amonio. La proporción de ambos en el tanque depende sobremanera del grado de acidez o alcalinidad del pH. A pH neutro (valor 7) o ligeramente ácido (inferior a 7) aparece el Amónio y no produce ningún tipo de intoxicación. Además resulta un estupendo abono para las plantas. Por el contrario, a grados de pH por encima de 7 (es decir alcalinos) aparece el Amoniaco que es el compuesto más tóxico que existe en el ciclo del Nitrógeno.
El segundo compuesto que aparece en el ciclo y que surge a partir del Amoniaco o el Amonio es el Nitrito.
El Nitrito también es tóxico en pequeñas cantidades llegando, dependiendo de la resistencia del animal, a ser letal en pequeñísimas concentraciones. |

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El Nitrito aparece cuando se rompe el equilibrio entre el Amoniaco o el Amonio resultante de la oxidación del nitrógeno orgánico y la oxidación bacteriana.
El último compuesto es el Nitrato y aparece cuando el acuario está en equilibrio biológico, siendo su agua pobre en Amoniaco y rica en Nitratos. Al Nitrato se llega por la oxidación bacteriana del Nitrito. Si el agua es rica en Nitratos el ciclo del Nitrógeno se efectúa de forma correcta. Su toxicidad es muy inferior y sólo es peligroso en cantidades exageradas.
La correcta oxigenación del tanque influye especialmente en el ciclo del Nitrógeno, debido a que el Nitrógeno orgánico sólo se descompone cuando hay oxígeno. La falta de éste retrasa la conversión a Nitrato y por ello favorece las etapas de Amoniaco y Nitritos.
Por último, comentar que las bacterias encargadas de producir la descomposición del Nitrito se encuentran instaladas, en acuarios en funcionamiento, en el filtro y en el sustrato del tanque.
Los cambios parciales de agua eliminan parte de está colonia bacteriana rompiendo el equilibrio. Tras lo cual, éste no volverá a producirse hasta que las bacterias se reproduzcan en número suficiente. Por todo ello, deberemos tener en cuenta que cuando hagamos la limpieza del filtro y los correspondientes cambios de agua, no debemos hacerlos al mismo tiempo. Conviene dejar un periodo mínimo de diez días entre el cambio del agua y la limpieza de las cargas filtrantes.
Otro de los compuestos fisioquímicos del agua es la disolución de sales. Princi-palmente Calcio y Magnesio. Las aguas ricas en Calcio se conocen como aguas duras y las pobres como blandas. La medición de la conductividad del agua del acuario se emplea para medir con precisión el grado total de sales que se encuentran en disolución. La dureza del agua se mide en grados. Dicha medición se efectúa por colorimetría, es decir; empleando sustancias que cambian de coloración en presencia, y en una proporción establecida, de determinadas sustancias químicas. Dicha técnica es muy sencilla de utilizar y permite una gran precisión.
Debido a su temporalidad, los distintos tipos de dureza se pueden clasificar en permanente o en temporal. A la dureza temporal se la conoce como KH o dureza de carbonato o alcalinidad, la cual desaparece al hervir el agua. Sumando ambos tipos obtenemos la dureza total (designada como GH). Dicha dureza total repercute directamente en la salud de nuestros peces porque afecta al sistema osmorregulador y al nivel de calcio de la sangre. De igual modo, influye sobre la salud del resto de habitantes del acuario: plantas y otros animales.
La dureza de cabornatos y la dureza total: Los peces cuentan con un sistema regulador interno a través del cual mantienen el equilibrio de sal y agua. Dicho sistema se conoce como Osmosis. A mayor cantidad de sales disueltas la permeabilidad de las células se reduce, por lo que la cantidad de agua utilizada en el equilibrio es menor. En aguas blandas, las células se vuelven más permeables por lo que el sistema se ve obligado a realizar un mayor esfuerzo para mantener el equilibrio.
Por otro lado, la dureza influye en el nivel de calcio presente en la sangre. Los peces habituados a vivir en aguas duras poseen en el órgano excretor un sistema eficaz para expulsar el calcio sobrante (Por ejemplo las especie de cíclidos de los grandes lagos africanos). Los peces que viven en aguas blandas sin embargo han de obtener las reservas de calcio del alimento consumido o de su propio esqueleto óseo.
Como se ha dicho con anterioridad la dureza se mide en grados de dureza y su margen va desde los 3º GH de las especies del Amazonas hasta los peces de aguas alcalinas del Valle del Rift, en África, donde se superan los 18º.
Tipos de agua dependiendo del grado de dureza Total (GH)
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0 a 4 º
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Muy blanda
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4 a 8 º
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Blanda
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8 a 12 º
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Medianamente dura
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12 a 18º
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bastante dura
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18 a 30º
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dura
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Más de 30º
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Muy dura
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Los peces toleran un intervalo reducido de niveles de dureza y por tanto mantienen una presión osmótica muy ajustada. La variación de los valores de dureza fuera de dicho intervalo producirá trastornos en esta presión y alteraciones en sus estado de salud. La mayoría de los peces es capaz, tras un periodo considerable de tiempo, de aclimatarse a grados de dureza diferentes a los incluidos en su intervalo. No obstante, está situación antinatural puede provocar la aparición de múltiples enfermedades.
Como ya hemos comentado la dureza del agua repercute en los niveles de toxicidad de determinadas sustancias químicas. Recordaremos por ello, que el Amoniaco es más tóxico en aguas duras debido a su alcalinidad. Con pH superiores a 7.
El pH indica si una masa de agua es ácida, alcalina o neutra. El pH se determina en función del equilibrio entre ácidos y bases de agua química-mente puras.
Aquellas aguas cuyo pH tiene valor 7 se dice que son neutras. Por el contrario si es menor a 7 se denominan aguas ácidas y si es mayor aguas alcalinas. |

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La variación hacia la acidez del agua se produce por la disolución de ácidos mine-rales, ácidos orgánicos y sales minerales.
El Anhídrido Carbónico disuelto también influye en una mayor acidificación del agua. Por ello, funciones como la respiración de los animales, la fotosíntesis, la turbulencia y aireación del filtro también alterán la estabilidad del pH.
Mantenimientos desequilibrados de la dureza de carbonatos actúan negativamente en la estabilidad del pH y por tanto en la salud de nuestros animales.
El nivel de pH es un valor que se mantiene constante. Niveles inadecuados afectan negativamente a todos los habitantes del acuario y niveles extremos tienen consecuencias muy graves en su estado de salud. Los peces tras un periodo considerable de tiempo pueden llegarse a aclimatar a modificaciones leves de pH. Pueden aclimatarse pero no vivirán bien.
Las especies se han adaptado en la naturaleza a cada nivel particular existente. De este modo por ejemplo, los peces que viven en aguas ácidas con niveles de pH inferiores a 7 se consideran especies acidófilas (Escalares, Discos). Aquellas otras, como los cíclidos de los grandes lagos africanos, habituadas a vivir en aguas alcalinas se denominan especies alcalófilas
El pH es relevante debido a que los peces necesitan mantener un nivel de pH interno constante y un determinado equilibrio. Los peces compensan leves variaciones de pH a través de sus sistemas internos. Esta defensa se presenta más desarrollada en los peces adultos. Los alevines y huevos, mucho más vulnerables, cuentan con una menor o nula capacidad de compensación.
Ante niveles extremos de pH como puede ser por debajo de 5,5 los peces presentan síntomas de la enfermedad conocida como acidosis. La acidez irrita las branquias, la piel y la mucosa. La piel presenta un color blanquecino y zonas enrojecidas. Los niveles bajos de pH potencian las enfermedades secundarias de tipo bacteriano.
Por el contrario, a niveles superiores de pH como 8 o 9, en especies no adaptadas, se produce la dolencia conocida como alcalosis. Los síntomas son muy parecidos a la acidosis, pero además se destruyen los tejidos de aletas y agallas. Los pH muy elevados potencian el nivel de toxicidad del Amoniaco.
Para poder mantener nuestro pH a un nivel constante, existen en el mercado excelentes productos para analizarlo con exactitud y acondicionadores de condiciones ácidas y alcalinas. También deberemos estar atentos para no introducir en el tanque elementos decorativos no inertes que pueden liberar sales de bicarbonato. Por ejemplo rocas calcáreas.
De entre los gases disueltos en el agua podemos encontrar principalmente Oxígeno y Anhídrido Carbónico. Dichos gases están muy relacionados al formar parte de los ciclos respiratorios de los seres vivos, tanto de los animales como de las plantas.
La cantidad mínima de oxigeno requerido por los peces dependerá de su tamaño, edad, estado de salud y fisiológico. Las especies se han adaptado, dependiendo de sus formas de vida, a múltiples niveles de oxigeno. Incluso hay especies como los Laberíntidos que han desarrollado la capacidad de tomar aire fuera del agua.
El mantenimiento óptimo de los niveles de Oxígeno y Anhídrido Carbónico se produce gracias a los procesos de aireación. Ya sea a través de los equipos de filtrado o a las bombas difusoras. La superficie del agua en contacto con el aire mantiene un constante intercambio de gases, que será mayor cuanto mayor sea la cantidad de agua en movimiento. La rotura a través de la turbulencia producida por el agua expulsada en el filtro, provoca también un mayor intercambio de gases (En este caso una perdida de Anhídrido Carbónico debido a que el agua tiene mayor cantidad de este gas y absorbe aquel del cual presenta mayor carencia).
En acuariofilia se suele detectar en ciertas ocasiones una alteración en la respiración de los peces, conocida como boqueo. Echo que se produce en la superficie del agua y que nos da a entender la falta de Oxígeno en la misma. Ante está falta de Oxígeno el pez reacciona disminuyendo sus funciones, disminuyendo por ejemplo su número de latidos entre otras muchas cosas. Ante un exceso de Anhídrido Carbónico se produce un envenenamiento de la sangre por este gas y como resultado la muerte del animal.
Para mantener los niveles óptimos deberemos observar con detenimiento y periodicidad el comportamiento de nuestros animales. Un aumento de la frecuencia respiratoria o un boqueo en la superficie puede darnos a entender que existe una falta de Oxígeno importante en el agua. Para remediarlo debemos actuar de urgencia aportando una mayor oxigenación, bien sea a través de un difusor de aire o un cambio parcial de agua, acompañado de una reducción del alimento para evitar así un mayor consumo de Oxígeno en su descomposición. También y sólo en casos extremos se puede disminuir gradualmente la temperatura debido a que las aguas frías retienen una mayor cantidad de Oxígeno.
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El Cloro está presente en casi todas las aguas preparadas para consumo doméstico. Se introduce en el agua en forma de gas y se elimina por decantación al tener el aire una menor cantidad de dicho gas. Otra técnica habitual para acelerar este proceso es el de aplicar una potente aireación al agua a tratar.
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La presencia de Cloro es dañina para los peces. Los peces sufren perdida de color y espasmos y se muestran apáticos. Los tejidos respiratorios son destruidos ante una exposición prolongada.
El nivel de Cloro letal dependerá, entre otras cosas, del pH y de la temperatura. Los problemas que presenta este compuesto son muy sencillos de tratar aplicando al agua antes de introducirla al acuario un acondicionador adecuado o dejándola decantar durante un periodo mínimo de 24 horas.
Si utilizamos el agua de la red de suministro de nuestros hogares podemos encontrarnos que contienen diversos metales disueltos en distintas proporciones; Hierro, Plomo y Cobre. En aguas blandas tienen una mayor incidencia debido a que son más corrosivas. Estos metales provocan diferentes grados de afectación dependiendo de la especie y son mucho más perjudiciales si se presentan combinados.
La mayoría de metales afectan a la sangre, a los órganos internos y a las agallas de los peces.
Existen en el mercado excelentes eliminadores de dichos metales, pero resulta conveniente dejar correr durante un tiempo prudencial el agua del grifo antes de verterla en el recipiente de tratamiento. Así eliminamos los residuos almacenados como por ejemplo los metales de los que están fabricados las cañerías. |

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También debemos tener en cuenta que determinados compuestos y medicamentos acuariófilos contienen determinados metales, como el Cobre, que pueden resultar tóxicos para algunas especies de peces y para los invertebrados. Es muy común por ejemplo su presencia en determinados productos para combatir las algas en el acuario.
Equipos y elementos del acuario
En este capítulo vamos a nombrar los elementos básicos que necesitamos para mantener en óptimas condiciones un acuario de agua dulce tropical en nuestra casa.
Lo primero que debemos de saber es que los animales y plantas que vamos a mantener son en su mayoría tropicales, esto quiere decir que tienen unas necesidades de temperatura acordes a lo acostumbrado en su medio natural.
Los peces son animales de sangre fía y sus funciones vitales las tienen muy relacionadas con las condiciones del medio. Un descenso de las temperaturas equivale a un disminución en sus funciones vitales. La mayoría de especies que podemos mantener en nuestro acuario se adaptan bien a condiciones medias, esto es, ni muy frías ni muy calientes. El rango de temperaturas que normalmente vamos a tener que aplicar en este tipo de acuarios se sitúa entre los 20 y los 28º C.
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El sistema regulador de los peces tiene cierto grado de poder de adaptación a los cambios del medio. Si se produce un descenso en la temperatura los sistemas internos, si es posible se adaptarán. Los aumentos de la temperatura en principio son menos dañinos que al contrario, pero afectan a la longevidad, coloración y reproducción de nuestros animales.
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Unas condiciones estables de temperatura aunque estén algo equivocas es mejor que variaciones constantes. En acuariofilia se puede mantener una temperatura estable a lo largo de todo el año, tanto de día como de noche. Esto es gracias al uso de los calentadores o resistencias. Los calentadores regulan su actividad a través del termostato, que es el aparato controlador, de cuando se ha alcanzado una temperatura tope, para que deje de funcionar y viceversa.
En los comercios del ramo podemos encontrar diversos tipos de calentadores aptos para su uso en acuariofilia. El primero de ellos, que es el más conocido, sería el calentador de tubo de vidrio, con o sin termostato incluido. Dicho calentador alberga una resistencia que es la encargada de producir el calor. Existen multitud de medidas y potencias, tienen un moderado coste y su utilización es muy sencilla. Su mayor problema radica en que las paredes de vidrio del calentador se calientan en exceso. A la hora de determinar su número o potencia se mantendrá la norma de aportar de 0,5 a 1 w por litro de agua.
A la hora de utilizar este tipo de aparatos debemos tener la precaución de desconectarlo cuando trabajemos en el acuario. El tubo ha de estar siempre sumergido y suelen tener una indicación del nivel mínimo hasta donde debe llegar el agua. |

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Por último decir que los calentadores suelen tener un sistema de graduación que permite seleccionar la temperatura. Debemos tener en cuenta por ejemplo que un calentador con capacidad para un acuario de 200 litros instalado en uno de 100, los grados marcados en el sistema de graduación no corresponderá con la temperatura real.
El calentador más extendido y práctico es el calentador de tubo de vidrio con termostato incluido. Estos aparatos poseen una indicación lumínica que se enciende cuando el aparato está funcionando. El termostato desconecta el equipo cuando se alcanza la temperatura señalada y lo vuelve a encender cuando desciende. El grado de variación respecto de la temperatura se encuentra en torno a 1 o 2 grados. Lo que no resulta perjudicial para los animales.
Este tipo de calentador es duradero y tiene una vida útil muy larga, siempre que se tenga la precaución de no golpearlo y no tenerlo encendido fuera del agua lo que le podría hacer que explotara o se fundiera. Se debe tener siempre la precaución al realizar cambios de agua de apagarlo antes, sino al descender el nivel del agua podemos encontrarnos con que el calentador se encuentra funcionando.
Otros sistemas que podemos colocar y que son sumamente beneficiosos para las plantas, serían el calentador de fondo de cable y el calentador de fondo de placas. Dichos sistemas se instalan sobre la base de cristal del acuario anclados con silicona. Sobre ellos se distribuye el sustrato. Normalmente estos calentadores tiene poca potencia y sólo son utilizables como benéfico añadido para las plantas. También disponen de termostato regulador y presentan dos inconvenientes. El primero de ellos es que prácticamente sólo pueden ser instalados en acuarios nuevos aún sin decoración. El segundo sería que dependiendo de las especies a mantener este puede quedar al descubierto por la afición a cavar de algunos peces.
Existe un último sistema no muy recomendable de calentadores de fondo, debido a la variación importante de temperatura entre el sustrato inferior y el agua. Estos son los calentadores de fondo externos, es decir: Planchas que se colocan debajo de la base del acuario y que calientan uniformemente la base del mismo. Al igual que el resto de calentadores de fondo, es beneficioso para el desarrollo de las plantas, pero se calienta mucho exteriormente por lo que se debe de poner un aislante entre la plancha y la base de cristal.
La mejor solución para nosotros que estamos empezando sería la compra de un calentador de tubo de vidrio con termostato incorporado. Si tenemos en mente el mantener una buena colonia de plantas también resulta acertado la colocación de un calentador de fondo interior.
El control de la temperatura en el acuario se complementa con la instalación de un termómetro. Debemos descartar los termómetros de mercurio puesto que una ruptura del mismo dentro del tanque provocaría la muerte de los animales. En las tiendas especializadas existen distintos modelos más adecuados, incluyendo el que se presenta en tiras adhesivas y que muestra la temperatura con variaciones de color. Controlar a diario el termómetro es una actividad a la que debemos acostumbrarnos.
Otro de los aparatos fundamentales en acuariofilia es el equipo de filtración. Este equipo nos va a permitir controlar los desechos y compuestos nitrogenados vistos en el capitulo anterior, además de renovar el oxígeno y crear cierto grado de corriente y movimiento en la superficie del agua. Dentro de los procesos de filtrado podemos distinguir dos principales y uno secundario. Los principales serían la filtración mecánica y biológica y el secundario la química.
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Entre los filtros podemos distinguir dos tipos; los interiores y los exteriores. Dentro de los internos podemos enumerar los filtros de esponja (que solo tienen este elemento como carga filtrante) y los de caja. Estos sistemas son indicados exclusivamente para acuarios de pequeñas dimensiones o acuarios de cría, debido a que sólo aportan oxígeno.
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Otro filtro interno sería el filtro biológico. Este tipo de filtro se coloca debajo del sustrato. Basa su actividad en suministrar a las bacterias que colonizan el sustrato circulación de agua y oxigeno. Estas bacterias son las que descomponen los compuestos nitrogenados. Este tipo de filtro sólo ha de considerarse como filtro auxiliar o complementario y se descartará en aquellos tanques donde introduzcamos especies cavadoras.
Dentro de los filtros internos cabe mencionar por último los filtros internos motorizados, que presentan una bomba y un cuerpo de plástico donde se colocan las distintas cargas. Estos filtros son indicados para acuarios de relativo tamaño y presentan la incomodidad, a la hora de mantenerlo, de alterar la tranquilidad de la vida de los animales. Los filtros integrados en la estructura del acuario en armazones de plástico que presentan tres compartimentos, calentador, cargas y bomba, son prácticos pero presentan el problema de devolver al acuario parte de las sustancias retenidas al manipular las cargas.
Entre los filtros exteriores podemos encontrar los más modestos que serían los filtros eléctricos de mochila o caja externa, dotados de compartimentos para la colocación de las materias filtrantes y la bomba. Presentan el beneficio de no alterar la vida interior del tanque en el manipulado. Algunos de estos equipos presentan la posibilidad de acoplar una piedra difusora, lo que resulta muy beneficioso. |

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Por último, encontramos a los filtros externos de cuerpo presurizado con bombas a motor. Sin duda son los filtros que presentan mayores prestaciones y mayor nivel de comodidad. Son equipos con un gran volumen de circulación de agua y diversas cestas o ubicaciones para las cargas. Lógicamente se deberá de revisar convenientemente, para evitar cualquier tipo de accidente, los tubos de entrada y salida de agua que correrán por fuera del tanque. Presentan la ventaja añadida de ser muy silenciosos y fáciles de manipular, permitiendo una total separación de cargas, facilitando por tanto la manipulación de las mismas.
Existen otros tipos de sistemas de filtrado a parte de los comentados, filtro por rebosamiento, desnitrificadores, lecho fluido, filtros seco-húmedos. Todos ellos sistemas diferentes y algo particulares que a nosotros en un primer momento como aficionados noveles no nos son tan interesantes. De todas formas si queréis conocer su funcionamiento Aquanovel irá publicando periodicamente artículos relacionados con todos ellos. Por el momento podéis consultar los principios básicos de funcionamiento de un filtro seco-húmedo en la sección equipamiento.
Vamos a finalizar este tercer capítulo hablando de la iluminación del acuario. Ésta juega un papel importante dentro de la vida de todos los seres vivos, especialmente de las plantas que la utilizan en sus procesos de fotosíntesis. Gracias a ella intercambian gases absorbiendo dióxido de carbono y produciendo oxígeno durante el día e invirtiendo el proceso durante la noche. Mantener un periodo estable de iluminación asegura un equilibrio en el proceso. A esto periodo de funcionamiento de la iluminación se le denomina "fotoperiodo". El espectro de luz producido juega también un papel importante en la coloración de los peces. No olvidemos que los colores se muestran por el reflejo de la luz.
Aunque existen diferentes tipos de luminarias en el mercado (Lámparas de mercurio, incandescentes, focos reflectores) nosotros nos vamos a decidir por el mantenimiento de tubos fluorescentes. Sin duda representan el modelo más económico y sus resultados son realmente satisfactorios. Dichos tubos se presentan en el acuario cubiertos por la tapa del mismo. Dicha tapa ha de ser de color blanco, por su cara interna, al menos a fin de que refleje la luz superior de los fluorescentes. Si fuera de un color oscuro que no reflejara la luz es aconsejable forrarlo por ejemplo con papel de aluminio.
Descartaremos desde un primer momento los tubos de luz fría que podemos adquirir en ferreterías y nos decidiremos por tubos disponibles en los comercios especializados. En la elección de los tubos se debe compaginar los tubos fluorescentes que simulan la luz del día con los tubos especiales que fomentan el crecimiento de las plantas y los invertebrados.
Como todas las cosas los tubos sufren un desgaste con su uso. En su caso particular la intensidad va decayendo paulatinamente sin que sea detectable a simple vista. Es común que entre los 6 y 9 meses de uso en fotoperiodos de 10 a 12 horas diarias la intensidad decaiga hasta un 50%. Lógicamente nos encontraremos con que las plantas frenan su crecimiento y se marchitan. Por mucho que busquemos la causa del problema no lo vamos a encontrar a menos que sustituyamos los tubos. Por ello es conveniente cambiarlos tras 9 meses de uso. Recomiendo los cambios parciales, es decir; unos a los seis meses y el resto a los 9. Así logramos mantener una intensidad más estable. Resulta imprescindible tomar nota de la fecha de cambio.
La cantidad de luz se mide en Lux que es la cantidad de iluminación que emite una fuente de luz de 1 W a 1 metro de distancia sobre 1 metro cuadrado de superficie de color blanco. Para realizar la medición de la intensidad lumínica podemos utilizar tres métodos. Utilizar los medidores existentes en los comercios, utilizar si contamos con ello el medidor de luz de una cámara fotográfica obteniendo la luz del reflejo en un espejo ubicado en el fondo del tanque. O utilizando el medidor directamente de forma oblicua desde la pared frontal a los fluorescentes. Este último método sin duda es el más inexacto pero es útil si lo que perseguimos en tener una idea aproximada.
Los tubos fluorescentes más utilizados son los llamados Grolux, empleados tanto para iluminación de acuarios de agua dulce y marina como para terrarios. Los tubos fluorescentes presentan la ventaja de bajo consumo, producen poco calor y distribuyen de forma equilibrada la luz.
Relación potencia (W), longitud de fluorescente (cm) y diámetro (mm)
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14
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38
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25
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15
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45
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25
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20
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60
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25
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30
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90
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38
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40
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120
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38
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Relación volumen del acuario (litros), número de tubos y Vatios necesarios (W)
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65
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2
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15
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100
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2
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30
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180
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2
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30
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200
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2
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30
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300
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4
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40
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A la instalación del sistema de iluminación conviene que realicemos una fase de observación. Puesto que es muy corriente que los cálculos teóricos no coincidan con nuestra instalación. Por ello debemos tomar las tablas anteriores como mero indicativo. Las poblaciones de algas pueden ser en este caso nuestras principales aliadas. Cuando las algas sean de color azulado o negruzco podemos determinar que existe un exceso de iluminación. Cuando por el contrario las algas adquieran una tonalidad amarillenta o parda será indicativo que nuestra iluminación es precaria. El tener unas algas de color verde brillante garantiza que el fotoperiodo y la intensidad elegidos son los correctos.
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En cuanto al tiempo diario de encendido se ha de decir que debemos mantenerlo lo más estable posible. Un fotoperiodo de 12 horas puede ser el indicado dependiendo de las plantas que mantengamos. Más tiempo no es excesivamente perjudicial, salvo por el riesgo a mantener colonias de algas negras. Por el contrario periodos menores suponen mayor riesgo de entorpecer el crecimiento de las plantas.
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Los peces en cambio no dependen tan directamente de la iluminación y es suficiente periodos inferiores de 8 a 10 horas. Un aumento del fotoperiodo no subsana las deficiencias de intensidad.
Para lograr mantener un fotoperiodo homogéneo podemos recurrir a la instalación de un programador (interruptor horario). Este nos va a permitir que las luces se enciendan y se apaguen a una hora determinada asegurando el proceso. Si podemos invertir un poco más conviene decidirse por los modelos que permiten un encendido paulatino (Reóstato). Así reproducimos el amanecer y el anochecer y causamos menos estrés a los animales.
Terminare diciendo que en verano el mantenimiento del fotoperiodo puede causarnos algún problema. Las luminarias como es lógico producen calor y en esta época aunque los calentadores estén apagados contribuyen a elevar la temperatura. Podemos decidirnos entre mantenerlos apagados o disminuir el nivel del agua con lo que al abrir la tapa logramos que circule el aire y no se caliente tanto la superficie.
Madurando el acuario y la elección de los peces
Una vez visto a groso modo las particularidades técnicas de un acuario vamos a hablar de la otra parte importante: Los peces. Los principios vistos hasta la fecha nos llevan a poder tener un tanque con su calentador, su filtro, su iluminación, su grava y su decoración instalados. Como somos acuariófilos noveles, casi con toda seguridad habremos adquirido un tanque de los conocidos como Kits completos, en los que nos vienen ya todos los elementos con el acuario.
Antes de poder introducir nada en nuestra flamante instalación es totalmente necesario madurar el acuario. Madurar el acuario consiste básicamente en crear la colonia de bacterias necesarias para cumplir el ciclo del nitrógeno por el cual se descompone el amoniaco en nitrito y el nitrito en nitrato.
Para lograr este objetivo pondremos a funcionar el filtro con las cargas filtrantes colocadas. Normalmente tal y como nos especifica el fabricante es la forma correcta de hacerlo. Siguiendo con nuestro carácter novel seguramente el filtro es interno de compartimentos con la bomba incluida y puede ser que hasta con espacio para el calentador. Obviamente este filtro presenta sus limitaciones y sus problemas, pero para iniciarse en la afición está bien. Después ya tendremos tiempo de ampliar la instalación con flamantes filtros presurizados o con instalación de seco-húmedo.
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Los filtros compactos internos presentan la problemática de contener poco espacio para la carga biológica y por tanto la masa filtrante suele estar compuesta por una esponja, perlón y biobolas. Para ayudar a la colonización de las bacterias en la parte biológica del filtro podemos optar por administrar algún compuesto comercial.
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Estos compuestos normalmente son líquidos que contienen alimento para las bacterias nitrificantes. También podemos ir alimentando a las bacterias con una pequeña cantidad periódica de comida en escamas. No conviene exagerar. Si optamos por mantener plantas naturales estas deberán estar ya plantadas.
Transcurrido un mes aproximadamente desde la puesta en marcha del filtro estaremos en condiciones de poder introducir nuestros primeros animales. Es recomendable probar con alguna pareja de peces pequeños para comprobar el estado de maduración.
Antes de proseguir vamos a insistir en que este proceso de maduración del acuario es fundamental e imprescindible para poder aclimatar correctamente a nuestros peces. De lo contrario el fracaso está asegurado.
Dicho esto pasemos a los peces. A la hora de elegir las especies a introducir en el tanque conviene que nos informemos antes de los requerimientos de los animales. En los capítulos pasados hemos visto los diferentes tipos de aguas que existen y como estas diferencias afectan a la salud de los peces. Llegado este punto es de vital importancia medir los niveles de nuestra agua.
Si tenemos fortuna tendremos una agua neutra o tirando a neutra lo que nos facilitará mucho las cosas. Si por el contrario el agua es dura o ácida habrá que poner atención de las especies que podemos instalar. Otra posibilidad es llevar nuestros niveles a los valores requeridos a través del uso de aditivos comerciales. Está opción es más difícil para un aficionado novel pero mucho más educativa de cara al futuro y a nuestro desarrollo como aficionados. |

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Los medidores de niveles son colorímetros que reaccionan ante una sustancia química cambiando el color del elemento que entra en contacto con el agua. En el medidor viene reflejada una tabla de colores donde cada tonalidad indica un valor diferente. Más adelante realizaré en profundidad un artículo sobre los diferentes test disponibles en los comercios, cuales son imprescindibles y cuales otros son necesarios en determinadas ocasiones. De momento con tener un test de Ph con el que medir la acidez o alcalinidad del agua y un test de nitritos nos será más que suficiente.
Otros factores importantes a la hora de realizar nuestra selección de especies serían los siguientes:
- Tamaño del animal: Debemos conocer la talla adulta del animal seleccionado. Cuando los compramos en la tienda los animales son juveniles. Hay que pensar siempre que al menos doblarán su tamaño al llegar a adulto. De no hacerlo así esto nos acarreará problemas muy graves.
- Alimentación del animal: Asegurar la disponibilidad de alimento para nuestros peces es otro factor de vital importancia. Deberemos elegir especies a poder ser omnívoras que acepten con facilidad los alimentos disponibles en los comercios. Dar una dieta rica y variada a nuestros peces es una de las claves del éxito. Por el contrario un animal con una alimentación muy específica o muy exigente nos dará muchos problemas y tendrá muchas más posibilidades de morir.
- Carácter: Todos los peces debido a su instinto tienen un marcado comportamiento para con otros congéneres de igual o distinta especie. Conocer sus hábitos nos ayudará a tener un grupo afín de animales en buenas condiciones de salud. Una regla importante para la decoración de nuestro tanque es saber que el comportamiento de nuestros peces está relacionado con él. Un pez que requiera de fondos de rocas con muchos escondrijos se sentirá desprotegido en un tanque despoblado decorado sólo con algunas rocas y plantas. Otro buen ejemplo puede ser un pez de cardumen o pez gregario. Hay múltiples especies que viven en grupos numerosos, si nos decidimos por adquirir dos ejemplares de una de estas especies, los animales nunca lucirán su librea en todo su esplendor y su comportamiento no será normal y puede que estén siempre escondidos.
- Condiciones acuáticas: Además del Ph, debemos de fijarnos en la dureza y temperatura que requieren las especies seleccionadas. Poniendo un ejemplo un pez africano de aguas duras poco o ninguna relación tiene con un pez sudamericano de aguas blandas. Sabemos que es difícil resistirse a los colores y formas de muchos peces pero resistiendo la tentación nuestras posibilidades de éxito se multiplican. Por último la temperatura. Seleccionado animales de similares requisitos aseguramos su óptimo mantenimiento.
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Hablar de posibles combinaciones de especies es tema para tratar en un artículo aparte que se hará en su momento. Podéis consultar la extensa bibliografía existente tanto en libros como en internet. Nosotros nos vamos a centrar por el momento en la compra, el transporte y la instalación de nuestros animales en la que será desde ahora su nueva casa.
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A la hora de comprar los peces debemos decantarnos por aquellos que se muestren activos, sin signos exteriores de deterioro en aletas o cuerpo. Sin problemas de vientres hundidos o problemas natatorios. La coloración no es un objeto fiable de elección puesto que esta se verá incrementada con toda seguridad con la edad del animal y con el fondo y decoración del acuario. En animales algo más avanzados y mucho más costosos es habitual pedir al vendedor que nos muestre como se alimentan. Está sin duda es una buena señal de salud.
De cualquier modo y aun habiendo hecho una elección meditada una vez en el acuario hay muchas probabilidades de que aparezcan enfermedades y en otros casos no tan habituales puede darse la muerte de algún espécimen. Insisto en que los fallecimientos no son tan habituales.
En el comercio nos instalarán los peces en bolsas de plástico llenas de agua con el suficiente espacio libre para el aire. Estas bolsas aguantarán bien el desplazamiento sin enfriarse ni perder en exceso oxígeno. Para trayectos de más de media hora conviene envolver la bolsa con papel de periódico para que no pierda temperatura.
Una vez a pie del acuario no introduciremos los peces directamente en el tanque. Es necesario aclimatar previamente a los animales a las nuevas calidades acuáticas. Para ello utilizaremos la técnica del goteo. Colocaremos la bolsa abierta en el interior del tanque con los peces tal como nos la dieron en la tienda procurando que el agua de la bolsa no se mezcle con la del acuario. Después iremos agregando paulatinamente agua del tanque al interior de la bolsa. Retiraremos de la bolsa la parte proporcional al agua añadida. Una media hora más tarde estaremos en disposición de introducir a nuestros nuevos peces en el tanque. El agua del interior de la bolsa y el acuario estarán a igual temperatura y sus características químicas serán similares.
Si tuviésemos el acuario ya poblado con peces de carácter territorial podemos optar por alimentarlos mientras introducimos los nuevos uno a uno con el salobre. Lo normal es que los animales busquen algún escondrijo en la decoración y permanezcan ocultos durante un tiempo. |

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Si vemos que no se alimentan no conviene insistir puesto que esta aptitud puede durar unas horas hasta que vayan cogiendo confianza. Si mostraran una aptitud nerviosa podemos optar por apagar la iluminación hasta el día siguiente.
Lo más idóneo sería tener un segundo acuario de cuarentena donde poder tener en observación a lo nuevos peces. Es comprensible que esto no esté al alcance de un aficionado novel por lo que no nos quedará otra que observar a nuestros animales por si pudiesen mostrar cualquier síntoma de dolencia o infección. El añadir cualquier refuerzo vitamínico o un medicamento preventivo puede resultar conveniente.
Terminaré el siguiente capitulo con una reflexión: Hay dos tipos de comercios, aquellos que realmente cuidan de sus animales y los que no. Por ello recomendaros que seleccionéis el comercio donde comprareis los animales con detenimiento. Los hay muy buenos que realizan cuarentena y los peces lucen sanos. Suelen ser de precio un poco más elevado pero en esta afición como en otros muchos aspectos de la vida lo barato al final sale más caro.
Las plantas acuáticas y la decoración del acuario
Hasta ahora hemos visto una serie de cuestiones relacionadas con la instalación del tanque, los diferentes equipos, el mantenimiento de las condiciones del agua y de los animales. En este capítulo vamos a ver como decorar nuestro tanque y como instalar plantas acuáticas.
Sin lugar a dudas las plantas acuáticas son el mejor modo de vestir de largo nuestro acuario. Además de una clara función estética cumplen una serie de funciones que no debemos pasarlas por alto: Sirven de cobijo a los animales y restan iluminación creando sombras adecuadas para los peces más tímidos, son el refugio ideal para los alevines recién nacidos y peces jóvenes amenazados de depredación, ayudan a la lucha contra las algas al competir con ellas por los nutrientes y aunque en un acuario doméstico no es de importancia por su envergadura y el número de plantas, aportan oxígeno al agua a través de la fotosíntesis.
En presente capítulo de nuestro curso de acuariofilia básica nos vamos a centrar en las instalaciones estándar, es decir; aquellas que no superan los 45 cm de alto y por ello no es obligatorio el abono con CO2. Tampoco vamos a hablar de momento de los filtros calentadores de fondo por constituir una instalación más avanzada. Ya trataremos estas cuestiones en otros artículos del sitio. Precisamente en esta actualización podéis encontrar un interesante artículo en la sección de plantas acuáticas con el título abonando con CO2
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En el tercer capítulo hablamos de la iluminación del acuario y tenéis disponible en la sección de equipamiento un artículo sobre los distintos sistemas aptos para su uso en acuariofilia. Ahora nos centraremos en los requerimientos de nuestras plantas. Como se puede deducir, debido a la fotosíntesis, las plantas necesitan luz para desarrollarse.
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Para determinar cuanto iluminación necesitamos existe una regla de aplicación general que podemos utilizar. Se trata de multiplicar cada litro de agua (altura del tanque por anchura y longitud) por medio vatio si es un acuario moderadamente plantado y por un vatio si es denso. Para entenderlo ponemos un ejemplo. Si nuestro acuario es de 200 litros, multiplicándoles por medio nos da como resultado 100. Esto quiere decir que para un acuario moderadamente plantado necesitaríamos 100 w.
Si utilizásemos tubos fluorescentes alcanzaríamos este requerimiento sumando tubos en función de su longitud y su potencia. Por ejemplo si fuesen tubos de 25 w necesitaríamos 4 para alcanzar los 100 w requeridos.
La falta de potencia no se compensa aplicando más tiempo de encendido. Lo único que conseguiremos con ello es potenciar el crecimiento de las algas. Un fotoperiodo correcto sería el comprendido entre 10 y 12 horas diarias.
El sustrato
Otro elemento importante para nuestro acuario es el sustrato de fondo. Éste juega un papel importante en la nutrición de las plantas. En este sustrato viven bacterias que con ayuda del oxígeno transforman los desechos en sustancias aprovechables para las plantas. En esta tarea se produce una reducción de la cantidad de oxígeno disponible en estas capas del acuario. Para que las bacterias puedan vivir necesitan de ese aporte de oxigeno que se va a producir gracias a la circulación del agua.
Sustratos con una granulometría excesivamente pequeña se compactarán por el peso del agua y no permitirá su circulación. Por el contrario si su granulometría es excesiva se produciría el efecto contrario también con efectos negativos.
Una granulometría adecuada sería la comprendida entre los 3 y los 5 mm de diámetro. El sustrato deberemos colocarlo inclinado, es decir; que de la parte frontal a la trasera vaya de menor a mayor altura. Con ello conseguimos un efecto visual de profundidad. La altura recomendable para esta parte delantera sería de unos 5 cm aproximadamente. |

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Antes de introducir el sustrato al acuario es importante deslavarlo. Para ello podemos utilizar un cubo de plástico llenándolo hasta la mitad de grava y el resto con agua. Tras varios cambios de agua y una vez escurrido podemos colocarlo ya en el tanque. Resulta conveniente en acuarios nuevos instalar una primera capa de grava especial con abono para las plantas de aproximadamente 2 cm. Esto les ayudará en la fase de enraizado. Posteriormente se las abonará periódicamente a través de sustancias disueltas en el agua.
Elementos decorativos
Cualquier objeto que vayamos a introducir en el acuario debe ser necesariamente limpiado. De lo contrario será un trabajo extra que tendrá que desarrollar el filtro. Tanto las rocas como los troncos han de ser deslavados y frotados con un cepillo si fuera necesario para eliminar las impurezas.
En la elección de las rocas se deberá tener en cuenta que no tengan cantos afilados que puedan dañar a los peces y que sean lo más neutras posibles. Esta última particularidad hace referencia a que las piedras si son susceptibles de deshacerse arrojarán al agua diversas sustancias que alterarán los niveles de sales disueltas y por tanto los grados de dureza y el Ph del agua. Por eso desestimaremos rocas calcáreas.
Los troncos son un excelente complemento para darle un toque más natural a nues-tra instalación. En los comercios especializados podemos encontrar troncos tratados. Comprados o recolectados todos los troncos tienden a teñir el agua en mayor o menor medida. Los taninos desprendidos por los troncos no son tóxicos para los peces y tras unos cambios de agua habrán desaparecido. Por último hay que tener en cuenta que mucha cantidad de troncos hará que nuestro grado de Ph tienda a bajar, por eso si vamos a mantener especies alcalófilas (peces que requieren de Ph alcalinos) será más recomendable no introducirlos y optar por una decoración mayo-ritariamente formada por rocas.
Una vez colocados todos los elementos de la decoración podremos llenar parcial-mente nuestro acuario de agua. Este llenado parcial nos facilitara la tarea de plantado. Para no desmantelar el sustrato con la fuerza del agua es necesario utilizar un plato sobre la que verterla. Una vez se mantenga la temperatura estable acondicionaremos el agua a los niveles requeridos y tras una semana aproximadamente, en cuanto se estabilice el Ph, ya estaremos en situación de enfrentarnos a la colocación de las plantas.
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Para ello una vez seleccionadas y adquiridas en el comercio las retiraremos el tiesto de plástico o el plomo, dependiendo del caso. Después debemos retirar todas las hojas y raíces que pudiesen estar dañadas. Realizar una poda de las raíces ayudará a que éstas al crecer sean más vigorosas.
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A la hora de establecer la localización de cada especie tendremos en cuenta que existen plantas de crecimiento rápido con largos tallos y hojas y plantas de crecimien-to más lento. Las de mayor crecimiento se plantarán en el fondo del tanque para que no limiten la visión. Las plantas de crecimiento lento se plantarán en primer plano y lo haremos antes que las otras puesto que de los contrario seguramente sus hojas nos molestarían durante el plantado de las pequeñas. En las sección del site plantas de agua dulce tenéis información sobre las especies, requerimientos de plantado y tamaño aproximado.
Cada tipo de planta (tallo, bulbo o raíz) tienen sus propios requisitos para ser plan-tadas. Lo que sirve para todas es no colocarlas de tal forma que se den sombra unas a otras. Con ello sólo conseguiremos que las de abajo crezcan muy lentamente y se desarrollen peor.
También deberemos de fijarnos en la temperatura. Las plantas son seres vivos y una temperatura inadecuada puede dañarlas. Una vez terminado el proceso de plantado, teniendo la precaución de no haber dejado dobladas las raíces, rellenaremos por completo el tanque y mantendremos la iluminación encendida durante 24 o 48 horas al objeto de que el enraizado se realice mejor. |

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Por último recordar que con el proceso de plantado no se finaliza la fase de madura-ción del acuario, que deberá alargarse todavía unas semanas más.
Tipos de alimento para peces ornamentales
Existe una regla en acuariofilia que dice que pez que se alimenta tiene mayores posibilidades de sobrevivir. Esta regla es aplicable incluso para peces enfermos y en mal estado. Mientras se alimenten hay esperanza.
Durante los primeros capítulos de este pequeño curso de iniciación a la acuariofilia hemos vistos diferentes cuestiones todas ellas importantes para lograr un cierto nivel de éxito con nuestra instalación. Para completar todas las variables debemos de hablar de la alimentación.
El alimento apropiado para nuestros peces será aquel que más se aproxime a cubrir sus necesidades. Esto obviamente en cautividad se nos puede complicar debido a que cada especie está especializada en determinado tipo de alimentación. En la naturaleza los peces suelen tener 4 o 5 alimentos que componen el 90% de su alimentación. El resto dependerá de la época del año y de las circunstancias. Por ejemplo en proliferaciones esporádicas de insectos en todos los estómagos de los peces de la zona se encontrará este alimento aunque los animales no sean insectívoros.
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En el acuario debemos de dar a los peces una alimentación lo más variada posible. Con ello se los estimula y reforzaran sus defensas inmunológicas. La calidad de la dieta suministrada podremos observarla en el crecimiento de nuestros animales y en su grado de vitalidad. Aunque esto último no es una regla exacta porque existen variables relacionadas como son la superpoblación, tanques pequeños, la temperatura o la mala calidad del agua.
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Otro factor determinante en la mala alimentación de nuestros peces es sin duda el estrés. Peces permanentemente asustados o dominados no se alimentarán bien ya que siempre estarán en su refugio. La mala elección de compañeros de acuario también es otro elemento importante a tener en cuenta. Especies muy activas o muy grandes pueden estar en mejores condiciones de competir por el alimento.
Lograr una dieta equilibrada comienza con una buena dosificación de comida. A los peces no se les deberá dar en cada toma una cantidad superior a la que puedan comer inmediatamente. Podemos aplicar la conocida regla acuariófila de la comida justa es aquella que desaparece en un periodo inferior a los dos minutos. De lo contrario restos de comida no serán aprovechados y se pudrirán en el tanque perjudicando el equilibrio biológico.
El tamaño de los trozos de comida será a proporción de la boca de nuestros animales. Restos muy grandes provocarán que los peces los engullan y seguidamente se refugien para comerlo. Con esto se provoca que siempre queden restos en los refugios que acabarán pudriéndose.
Como en todo con la práctica se acabará dominado las cantidades que se deben aportar siempre teniendo en cuenta que se deberá repartir la alimentación a lo largo del día en pequeñas tomas. Esto siempre es más recomendable que dar una sola comida muy copiosa.
Tipos de alimento disponibles para el acuriófilo.
Sin lugar a dudas para nosotros acuariófilos noveles la piedra angular de la alimentación será la comida desecada en hojuelas. Este preparado comercial es de muy buena calidad y tiene una gran flotabilidad lo que permite que los peces se alimenten tranquilamente. No conviene basar la alimentación exclusivamente en este alimento pues aunque sea de muy buena calidad presenta alguna carencia además de poder causar aburrimiento a los animales.
Para complementar las hojuelas comerciales podemos decantarnos por fabricar papillas caseras. Tienen la ventaja de ser económicas, muy variadas y permite congelarse en cubiteras para su distribución a lo largo del tiempo. La única contrariedad que presentan es que administrada en cantidades elevadas produce muchos desperdicios que no ayudarán a tener controlados los nitritos. |

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Otra posibilidad también muy acertada es completar la alimentación con alimento vivo congelado o liofilizado disponible en cualquier comercio del ramo. En caso de contar con un proveedor habitual de alimento vivo sin duda merece ser aprovechado. Nada estimula más al pez que perseguir su presa.
Existe una gran gama de alimentos de este tipo disponibles. Generalmente en cubitos de forma congelada o en botes si es liofilizada. Ambos tipos presentan una gran calidad nutricional. Como hemos dicho existen muchas clases. Su elección dependerá como es lógico de los peces que mantengamos.
Principales tipos de alimento vivo
Larvas de quironómidos o de mosquito – Roja, blanca o negra. Es un alimento con una gran cantidad de proteínas. Es un verdadero manjar para cualquier pez. Deberemos de tener cuidado de no emplearlo con aquellas especies que no toleren bien este alimento tan proteico. En especial especies vegetarianas de cíclidos o aquellas otras con aparatos digestivos poco preparados.
Gusanos Tubifex – Son gusanos acuáticos que habitan normalmente en aguas sucias o estancadas. Los alimentos comerciales basados en estos gusanos deben garantizan su buen estado. Ello se debe a que son portadores de múltiples parásitos. Lo mejor es no arriesgarse y no recolectar este tipo de gusano vivo. Con los tubifex ocurre lo mismo que con las larvas, habrá que tener cuidado con las especies a las que se los ofrecemos. Además los gusanos son muy largos y a los peces pequeños se les engancharán en las branquias.
Dafnias o pulgas de agua – Son pequeños crustáceos muy interesantes como alimento. No son tan proteicas como las larvas y gusanos. Cuando están vivas estimulan mucho a los peces por sus movimientos en la superficie.
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El Plancton – Lo forman masas de pequeños organismos acuáticos tales como Dafnias, copépodos, rotíferos, protozoos y determinados tipos de algas.
No lo encontraremos congelado ni liofilizado. Normalmente podemos encontrarlo fácilmente en pastillas que los peces picotearán con voracidad. |
Este Plancton podemos recolectarlo nosotros con una red de malla de zooplancton. Recomiendo no hacerlo puesto que podemos introducir plagas en el acuario. Por ejemplo Hidras o larvas de insectos.
Gusanos Grindal – Son pequeños gusanos de tierra que podremos encontrar normalmente. Si los adquirimos vivos son muy fáciles de reproducir y recolectar. Se deberá tener la precaución cuando se administren vivos de ofrecerlos en pequeñas cantidades. Los gusanos que no sean consumidos se enterrarán en el sustrato y morirán. Si son muy numeroso podrían afectar al equilibrio del acuario.
Drosophila o mosca del vinagre - También llamada mosca de la fruta. Se utilizan los ejemplares adultos como alimento y en su forma viva es un espectáculo ver como alteran a los peces que no dudarán en saltar del agua para capturarlas. Presentan la ventaja de ser muy sencillas de criar de forma casera y la desventaja de que algunas moscas vivas siempre se escapan del acuario por muy bien que este cerrada la tapa.
Artemia salina – Son pequeños crustáceos planctónicos muy adecuados para todo tipo de pez. Podemos aprovechar las larvas de Artemia (también llamados Nauplios) para el alimento de alevines y los adultos como alimento para peces pequeños. En el comercio podemos encontrar tanto congelada como liofilizada. También podemos comprar los huevos de Artemia para eclosionarlos y ofrecérselo a nuestras larvas. Si podemos comprar Artemia adulta viva no debemos desperdiciar la ocasión de ofrecérsela a nuestros animales.
Existen más alimentos disponibles como Krill, camarones, papillas tropicales mezcla de varios organismos y papillas vegetales. De momento y para nosotros con los anteriormente citados nos vale perfectamente como pequeña introducción. Ahora veremos las precauciones de uso.
No debemos utilizar alimento congelado que no se adquiera en tiendas de acuariofilia debido a que los congelados del comercio de alimentación suelen contener conservantes y otras sustancias. En las papillas caseras podremos optar por utilizar alimento fresco como mejillones, pescado blanco, corazón de buey o huevas de pescado. |

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También deberemos tener cuidado con el congelado. Debemos controlar que no se produzcan roturas en la cadena del frío. La forma de ofrecérselo a nuestros animales es descongelándolo previamente en un vaso lleno de agua del acuario. No conviene introducir el bloque congelado directamente en el tanque porque el agua que desprenderá suele tener elevados niveles de nitritos.
Por último comentaremos en relación a los alimentos liofilizados que son alimentos desecados bruscamente al vacío. Existen muchos tipos de alimento vivo liofilizado que mantienen sus propiedades durante mucho tiempo siempre y cuando el envase este intacto. Es algo inferior en cuanto a calidad que el congelado ya que con el paso del tiempo se produce una perdida de vitaminas.
Manteniendo en perfectas condiciones nuestro acuario
Con este artículo doy por finalizado el curso sobre iniciación a la acuariofilia de agua dulce para dar paso al curso de iniciación sobre acuariofilia marina. En este último capítulo vamos a resumir a groso modo los mantenimientos que no debemos olvidar hacer para garantizar el éxito de nuestra instalación.
Aunque a primera vista puede parecer que mantener un acuario lleva mucho tiempo y trabajo, esto no es del todo exacto. Todas las tareas que ha de realizar un acuariófilo han de programarse en el tiempo en función de las necesidades de los animales que mantenemos. Normalmente deberemos hacer una comprobación diaria del funcionamiento correcto de los equipos y periódicamente realizar los cambios de agua y eliminación de los detritos. Estas tareas no tienen porque llevarnos mucho tiempo a excepción lógicamente de aquellos aficionados con proyectos más sofisticados o voluminosos.
La principal tarea que debemos acometer para asegurar cierto nivel de éxito en nuestro proyecto acuariófilo es la de garantizar el cumplimiento en la periodicidad de los cambios de agua. Se puede decir que esta es la piedra angular sobre la que debemos enfocar nuestros esfuerzos. En la naturaleza la eliminación de los desperdicios y la llegada de agua nueva se produce cíclicamente por si sola. Un acuario sin embargo es un espacio cerrado en el que estos procesos no se producen.
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Lo más recomendable es marcarse unas necesidades de cambio en función de los animales que manten-gamos. Lo habitual es realizar un cambio de un tercio del volumen del tanque cada mes o cada quince días. Sin embargo si lo que queremos es asegurar un sistema en equilibrio lo más libre de desechos posible. Lo más recomendable es irnos al cambio semanal de un tercio del volumen.
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Si nos acostumbramos a esta práctica tendremos un acuario de aguas claras muy saludable para todos los peces que mantenemos. Para darnos cuenta de que los cambios de agua son imprescindibles no hace falta más que fijarnos en la naturaleza para ver como en ella los cambios son del 100% del volumen todos los días del año.
Queda entendido que el agua que añadamos al acuario ha de ser lo más parecida posible a la que ya tenemos en cuanto a calidades y temperatura se refiere. Una consideración importante es distinguir entre las aguas repuestas para reemplazar las evaporadas y las aguas correspondientes a los cambios. En el primer caso conviene no añadir elementos adicionales además de los acondicionadores puesto que no estamos cambiando volúmenes de agua sino que estamos añadiendo la parte eliminada. Sin embargo en los cambios de agua si podremos añadir sales o compuestos para acondicionarla en función del Ph y dureza que se requiera.
Otro de los mantenimientos imprescindibles es el del equipo de filtrado debido a que este juega un papel muy importante en la eliminación de los desperdicios. Para su mantenimiento también debemos fijarnos una periodicidad en función del tipo de instalación con la que contemos. En cualquiera de ellas deberemos de seguir las siguientes acciones:
Eliminar la filtración mecánica que retiene las partículas de desecho de mayor tamaño. La principal filtración que se utiliza es el perlón y este no debe nunca ser reutilizado. En cuanto a las esponjas de filtro si nuestro equipo las incorporara deberán ser perfectamente limpiadas antes de reinstalarlas. No sirve aclararlas.
En cuanto a la filtración biológica no deberemos de limpiarla para no perder la colonia bacteriana. Tampoco deberemos mantenerla fuera del agua por más de media hora o al poner en marcha de nuevo el filtro el agua del acuario se llenara de cadáveres. Cada cambio de filtro conviene, a partir del tercer cambio, sustituir parte de la masa filtrante por masa nueva aclarándola previamente en agua del acuario. Una buena práctica es retirar manualmente los trozos grandes de desechos que pudiesen estar adheridos como por ejemplo hojas muertas. Otra práctica que podemos realizar es la de aclarar la masa con una red en agua del acuario. Así se desprenderán los trozos de desecho más grandes. Pero siempre con agua del acuario. Nunca con agua del grifo sin tratar ya que el cloro o las cloraminas acabarían con la colonia.
El sifonado del acuario
Sifonar el acuario no es más que la limpieza de las capas superficiales del sustrato. Es una práctica muy reco-mendable ya que elimina los restos de heces o alimento que han quedado depositados en las capas externas del sustrato y que contribuyen a incremen-tar el nivel de amoniaco en el agua. Su realización puede ser muy complicada en función de la decoración del tanque ya que las rocas, troncos y plantas nos dificultarán en exceso la tarea. |

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De cualquier modo es mejor realizarlo parcialmente en las zonas que lo permitan que no realizarlo. Habremos de tener en cuenta no acercarnos en exceso a las raíces de las plantas naturales para no dañarlas.
Comprobaciones diarias
Como hemos dicho al comienzo del capítulo hay una serie de prácticas que debe-mos acostumbrarnos a realizar diariamente y que no nos ocuparán mucho tiempo. La primera de ellas consiste en asegurarnos que todos los equipos funcionan correctamente: calentador, filtro, difusor e iluminación.
La segunda tarea es la observación de los animales y plantas para comprobar que todos se encuentran en perfecto estado. Si se produjese la muerte de alguno de ellos y no retiramos el cadáver este se pudriría empeorando las condiciones acuáticas.
Test de las condiciones acuáticas
En próximas actualizaciones del web incluiré un artículo sobre los tipos de test de los que podemos ayudarnos para seguir con precisión las calidades acuáticas. Como comentamos en los artículos pasados del curso de acuariofilia para nosotros aficionados noveles un test de Ph y otro de nitritos deberían de ser suficientes.
Las medicones debemos acostumbrarnos a realizarlas periódicamente pero nunca el mismo día del cambio de agua. Ello es debido a que los resultados obtenidos en esas circunstancias no serán correctos. Es mejor realizarlos previamente al cambio de agua o 24 horas después de haberlo relizado.
Hasta aquí este último capítulo del curso de iniciación sobre acuariofilia de agua dulce. Como dijimos al comienzo del mismo se trata de una guía básica que a groso modo trata de introducirnos en el apasionante mundo de la acuariofilia. Como en todos los campos de la vida la experiencia será nuestra mejor aliada para asegurar el éxito de nuestra instalación.
Si está guía te ayudado en algún aspecto a mejorar tu instalación me doy por satis-fecho pues ese era el motivo para confeccionarla. Como también dije al principio del curso está guía no abarca en profundidad todos los elementos implicados para mantener un acuario en perfectas condiciones pero si comenta los más importantes.
Agradezco enormemente al Staff de www.aquanovel.com por permitirme utilizar en este sitio el curso de Acuariofilia que hemos mostrado anteriormente y esperamos que haya sido de su completo agrado.